viernes, 16 de enero de 2009

El Amo del Destino


De las historias tristes que cuenta JRR Tolkien en su obra el Silmarillion, ninguna es mas triste ni mas trágica que la historia de Turin y Nienor, historia que fue póstumamente publicada por su hijo Christopher Tolkien como relato independiente con el nombre de “Children of Hurin” o “Los Hijos de Hurin”. Hace poco volví a leer el libro, ya mas calmadamente luego de la primera ávida y voraz lectura cuando recién salió publicado.

No voy a contarles de que se trata, ni hacer un resumen de ella, sino mas bien exponer brevemente mi parecer desde un punto de vista muy personal sobre un tema que me impactó de la historia, tal vez porque de alguna manera y salvando las distancias se asemeja mucho a mi propia vida personal; el destino.
La historia de Turin, la espada negra de Nargothrond, estuvo marcada por el hado de la desgracia quizás desde antes de su nacimiento e inclusive hasta después de su muerte, el libro narra la historia de su vida y uno mientras lee se va dando cuenta que por mas esfuerzos que hizo para escapar de su destino, no lo consiguió, quiso ser siempre una buena persona y en realidad en el fondo lo fue, se narran en el libro muchas de sus gestas heroicas y valerosas y también sus buenas acciones, quiso una vida mejor para los suyos, y a eso dedicó gran parte de su vida, pero siempre su carácter indomable, terrible en la cólera y un destino ya trazado para su existencia le jugaron siempre en contra y muchas de sus acciones y decisiones, desde el simple despertar angustiado en medio de una tormenta o las mas compleja construcción de un puente por ejemplo, terminaron haciendo mucho daño a las personas que por alguna razón, buena o mala estuvieron cerca de él o se cruzaron en su camino y de este trágico destino no escapó ni siquiera su propia familia.
No sé si existe el destino o uno se forja su propio destino, tal vez es un poco de ambas cosas, aunque muchos opinen lo contrario, también influye el carácter y las decisiones que se toman o no se toman en la vida, pero Turin Turambar, mas conocido como el amo del destino nunca pudo con él, intentó evitarlo, intentó esconderse, intentó olvidar, pero el destino finalmente siempre lo alcanzó, estuviera donde estuviera, quisiera o no quisiera.

A Turin Turambar turum ambartanen … Amo del destino por el destino dominado …

2 comentarios:

Rita Vera dijo...

¿de veras? ¿no era responsable por lo que hacia?

¿a que edad se supone que un hombre es dueño de su caracter y no al reves?

&& dijo...

Excelente comentario.
Ese destino del que no pudo escapar Turin, tiene su origen en la sombra que Melkor arrojó en el corazón de los hombres, los segundos nacidos. Les infundió el miedo a la muerte (un don otorgado por Eru) y el deseo de compartir la inmortalidad de los elfos. Hizo crecer en ellos la sombra de malicia.
Enhorabuena.